Julio decía…

Pero el amor, esa palabra… temeroso de pasiones sin una razón de aguas hondas, desconcertado y arisco en la ciudad donde el amor se llama con todos los nombres de todas las calles, de todas las casas, de todos los pisos, de todas las habitaciones, de todas las camas, de todos los sueños, de todos los olvidos o los recuerdos.
Amor mío, no te quiero por vos ni por mí ni por los dos juntos, no te quiero porque la sangre me llame a quererte, te quiero porque no sos mía, porque estás del otro lado, ahí donde me invitás a saltar y no puedo dar el salto, porque en lo más profundo de la posesión no estás en mí, no te alcanzo, no paso de tu cuerpo, de tu risa, hay horas en que me atormenta que me ames
(cómo te gusta usar el verbo amar, con qué cursilería lo vas dejando caer sobre los platos y las sábanas y los autobuses), me atormenta tu amor que no me sirve de puente porque un puente no se sostiene de un solo lado, jamás van a hacer un puente sostenido de un solo lado, y no me mires con esos ojos de pájaro, para vos la operación del amor es tan sencilla, te curarás antes que yo y eso que me querés como yo no te quiero. Claro que te curarás, porque vivís en la salud, después de mí será cualquier otro, eso se cambia como los corpiños.

Ay pasito que se queda en las ventanas|
sorbo de agua que te tomo a gritos|
ay resistencia que me hieren los labios
de tanto amor a no dar|
ay enfermedad que no puedo coser
ajustándome los pedazos|
ay ríos de sangre que mis brazos
te llaman como puertas por entrar|
ay de mis dolores que agonizan
otra vez lo que no soy y la vergüenza
de tenerme a mi lado|
ay la desidia de no tenerme ni a ti
que en mi yo era|
ay dolor que no vuela como entrando en
mi memoria perdida estas
esta noche donde es la quinta vez
que el otoño pone su mano y todo lo hunde.

I

Tanto dulce que invente
por cada ramo florecido
Tanto pié caminando
hacia vos que me hechas de ahí
Tanto amigo que me desliza
Y tanto amor que no me encuentra.
Tanto por entrar que está mi centro
como guitarra llorando por noches,
tanto que diluvia.
Pobre centro.
Tanto que eh abocado con serena entereza
para llevarte un pedazo de libro
tanto que no lo lees y
me duelen las lineas que al final
no escribo y
te invento cerca
te completo las partes
te abro al medio, investigándote

No quisiera que me des
las mentiras con tu otra ciudad
tu otra soledad que te ofrece tanto.
Viene otra melodía y no lamentaré
de haberme dado el tiempo
a no dejarte un reloj que mida
el tiempo de nuestro encuentro.

 

Fundamento

Esta patria que hoy me es
en este sólo patio desteñido
de pitadas y sorbos,
la obsesión por no dejarme
caer ante tu sabia melancolía infantil,
como si ocupara la ternura tu nombre
que a montones de preguntas te descifro,
esta felicidad que no sale de mi  y se convierte en relato
de cine tan consumido y corriente como los pasos que en vos me dí
como todo lo que susurramos al alba.

El pantalón secando lo mojado
y no hay billete que compre un corazón con tanta fuerza
y el corte de esa voz
tan sangre
tan golpe
nos da en la cara lo que el viento no pudo terminar
ni en vos
ni en mi
ni en nadie.

II

Esta pena que soy de vos
este rencor que me hace de vos
palito que se astilla en baño que no hago
de mi en vos que no me sos
los retrocesos que soy en vos
las rayaduras que hago de vos a vos
nada más que de mi
sale el sol por tu lado
y le dediques las horas del rubí
al otro que sos con vos que son dos
y no tres
y me ven
no los distraigo con un té
con mi amistad que vale cuatro lágrimas
con mi compromiso que fue vendido
para pagar mi trabajo que hoy no tengo
con vos que pensaba añejarte
y no te vendí pero
te vi ir

III

Tenerme como antes te tuve a ti/
como la ternura indeleble
en tanta hoja para no borrar/
cambiar los paradigmas de
toda razón que se siente/
entender que las penas
no me son sino por
tu fatigada despedida/
las religiones y la santa pena
virgen de toda fiel sonrisa/
sin someterme a los más bajos
riesgos en las llanuras/ con apenas
tres panes en los bolsillos/
-Ah pobreza que no suelto-
Ay de ti patria libre que te
metiste en mis tuétanos

158

Se que no podrás eterno manantial de sueños comprender

lo que estos meses hicieron en este lugar

de pulgas o más bien obscenidades

que de una punta a la otra

no hacía sino dolor .

Esta absoluta insistencia precoz a quedarme a tu lado

el incontenible problema al despertar por esa puerta

y mirar las noticias que tu boca dice

no te sorprendas de mi retirada no es el fin y

lamento no decirte dos veces que te amo y

que tienes tres arrugas blancas en el medio de los pechos y

que te acaricio el pelo y

entre dedos nos unimos y

terminamos en el océano de almohadas sumergidos y

cobijas de cigarrillos calientes para no salir.

Ven escribe conmigo te hace sentir el mantel bien puesto

jurare que una vez más nos veremos y como siempre

no me retarás por dejarte encima de tanto dolor

encima de tanta derrota junta.

Dos Libros

VIOLETA-2

 

Y tocabas el acordeón
que me traía agua con los ojos
y no llueven gotas
para arreglarte las manos jóvenes por siempre
y así te empiezo a querer en mi sangre
tu sangre que da esperma espasmos que da
hijo poeta de los luceros
o las nadas mismas
o nadadores libres al cielo
o pandillero hayas creado
o casa
o sea la maderita en la mesa
con dos libros para enternecer tu saber
santiagueño de los montes profundos que cuentan
las siete lunas al oído
o los gatos trepando tus brazos de barro y anís.
Me aprenda tu valor
para enfrentar las mariposas y ganarle con
tus dientes todas las batallas
y te crecía ya por las uñas las pequeñas tunas
donde yacían cuatro niños
apenas tres mujeres
que le duermen el hambre
le comen las tobilleras adornadas en poleo seco
que si mueren en la represa, mejor.
¿Cuándo tu cuerpo dejará
de ser el país que me cobija?
¿Cuándo los pasados no serán como
todo lo que has construido?
¿Cuándo al acordeón dejará de salirle humo
como si de la tumba a nacer los niños muertos fuera ?
¿Será tu semen el que haga a las bestias perder el beso?
¿Serán los pastos que cortás; los que me dan remedio
al salir a los pantanos y sanarme las rabias, las quemaduras,
los hombros descubiertos o repletos de miedo al ponerse el sol?
Y tomo tu mano adornando el cruce de la calle
y pasar al otro lado, en París
y esperar la demente descarga conmigo
o con los otros
y comer o cenarte las nadas
o las pocas ganas que me das
y enternecerme por cada amigo que
se aleja de mis quejas
de mi amor que doy enfermo
sin remedio
aunque me cure de a poco
con los arboles de plaza me emborrache
y a tu sombra querer la liberación de tus
tres corazones como satélites poniéndose
por el oeste
como el otro sol
como cada uno de tus humores
como cada uno de tus días
que se cuentan distintos
que se cantan distintos
como vasos de tinto
que se caen                        con las angustias
con las insoportables ganas
de amarte  de amarrarte     juntos
que te deje la mano suelta        diseca de amor
de flacura
dejarla en el aire
para perseguir las brizas del amor
para seguir las señales de tu padre corazón que aumenta con la leña
que le tiro cada tarde,
abandonar las tazas repletas del cosido mate amargo,
los trapos sin secarte la sangre
como pelusa de otoño que se pega,
que nadie te tuvo así, a la ropa, a la amargura, a la liviana,
ya casi espeluznante cama que me armas como el porro
que no me dejas fumar,
marihuana como limonero verde que te planto
en los umbrales de tus mejillas
¿Cuándo pasarás a hablarme de los mañanas que traes cargados?
¿Cuándo no me matarás por la mañana?
Acusándome
de quererte de soñarte
de zambullirte de enternecerte
de manejar a horas despierto
la llama de este cigarrillo que ya
me quema los dedos hasta del pie
que si te soporto o no, que la foto de mi almohada estará mojada en tus ojos
recordando que tal vez, quizás
seamos hasta el sueño y la revolución se hace secando la mesa
cubriéndome de los barcos que te llegan
a las costillas o me tape los ojos y no los vea
Para no sufrir
para no morir
para bailar
con este whisky que a sesenta
grados a la sombra me quema los dedos
otra vez como el tabaco
como tus pies
como las plantas que muerden
como los siete soles
girando por encima del tiempo.

Los niños de fin del mundo siempre cantaron
las penas de los sirenos, sino,
¿de que forma empezaron a verte el humo salir?
¿cómo te arrancaron las hojas
de las piernas como si fuesen montañitas
de ternura que la minería fue consumiendo
viciosamente para matarte
todas las veces que te levantes desnudo y
me mires los pies para volver a sospechar si
me quieres?
¿Cuando ah de esperar el tajo?
¿Será doloroso verte subir las escaleras a otro techo?
¿De colores será?
Manantial de sillas que te apilas,
muerdeme
justo en el talón que está frío otra vez
como en las cartas anteriores o como casi todas,
vuelve, regresame el cariño por esas
profecías
que dulcemente me sonabas en el oído
todavía
en cada golpe de puerta como cerrándola para
que no te oigan que estas conmigo,
adentro, afuera,
para que no se note tanto viento
en medio de tanta funda,
¿Fundidos?
¿Perdimos entre tanta gente, tanto
sacapuntas sacachispa
ese sol que trepando al
ventilador despluma
lo tierno la ternura?
¿Se me seguirá pegando cuanta rata
en frente justo del cóctel ?
¿para que no me acompañes o
pretendas cortar el pasto?
¿otra vez? ¿sireno?

Niño del sur

¿En que momento el niño de dieciséis años
es peligro para el mundo?
¿En que momento el estado
se tapó los ojos y no es ya responsable?
¿Cuándo pasa que crimen o niño o privación de la libertad
se encuentra en algún lugar con la palabra catorce años?
¿Cuándo perdieron el encanto de verlos entrar
con la mochila saludando la bandera?
¿Cuando?
¿Juntos podemos más?
¿Sin los niños en las casas comiendo las frutas?
¿Las madres llevando el pan dulce al pabellón dieciséis?
¿Ahora que pueden votar, pueden morir presos?
¿Violar los derechos del niño?
¿Eficaz política criminal?
¿Cuándo no fuimos responsables los adultos que acunamos al niño
que muere de encierro, de enfermedad, de pánico, de violencia?
¿Cuándo va a volver al colegio?
¿Cuándo van a dejarlo hacer la revolución?
¿Hasta cuando los adultos se creerán libres encerrando a los niños?